La murga rearma su plantilla para la prueba de admisión, con varios componentes de la vieja guardia. No estará su director responsable, arreglador y letrista, Guillermo Lamolle.
Foto: Jimena del Río Ocampo.
Luego de un año de ausencia, La Gran Siete prepara su vuelta al carnaval, dijo en diálogo con Calle Febrero Teodoro Varela, histórico componente de la murga.
El plantel tendrá la ausencia de su máximo creativo, Guillermo Lamolle, aunque contará con varios murguistas de la vieja guardia.
«Está todo encaminado y hay muchas ganas de volver», expresó Varela. Agregó que un grupo de murguistas lleva adelante todos los preparativos, que abarcan desde la parte artística hasta los trámites necesarios para volver a poner al grupo en escena.
Uno de los puntos más sensibles será encontrar un reemplazo para Lamolle en su rol de director escénico y arreglador coral, tomando en cuenta el indisoluble vínculo existente entre el artista y la murga, que se remonta a 1990, año en el que La Gran Siete irrumpió en la escena montevideana.
La próxima semana podría anunciarse a Agustín Laguarda para esa faceta.
Pero el retorno de la murga que salió muchos años desde el barrio Belgrano abarca mucho más que la parte musical, por tratarse de una agrupación cuyas propuestas, estilo e identidad han influenciado tanto a las viejas generaciones como a las nuevas camadas de murguistas.
«Creemos que en todos estos años hemos hecho un aporte y estaría buenísimo estar a la altura», señaló Varela al ser consultado sobre eventuales cambios en la línea del nuevo espectáculo, que deberá someterse a la prueba de admisión de finales de noviembre.
Señaló también que el grupo trabajará con «cabeza abierta a los cambios», aunque manteniendo un rasgo identitario: la originalidad en los textos. En esa área trabajará un equipo numeroso, adelantó el representante de la murga.