Por Fabio da Silva y Guzmán Ramos
Foto del archivo de Fabio da Silva
Para hacer un informe sobre los famosos Negros Melódicos tenemos que situarnos en dos etapas fundamentales en la historia de este gran conjunto y del Carnaval..
Nacen en 1938 como revista, producto de la imaginación de Carmelo Imperio, quien ya venía creando, desde hacía varios años, diferentes conjuntos tales como ¿Por qué le pegó a la Perra?, La Revista Azul o Los Malcriados, con los que año tras año arrasaba con los primeros premios que otorgaba la Comisión de Fiestas.
Tales agrupaciones se constituían en la atracciones de los tablados y del concurso en el viejo Teatro Artigas.
Pero ese año fue diferente, como dijo el “Pardo” Flores, un prestigioso comentarista de nuestros carnavales.
Es que allí comienza la consagración definitiva de Carmelo Imperio como músico, director y como hombre de asombrosa visión para detectar el gusto popular.
Negros Melódicos marcaron el rumbo y se constituyeron en una verdadera sensación aclamada en todos los barrios por su originalidad, colorido, voces perfectamente arregladas y porque escribieron uno de los mejores tangos que se hayan oído en nuestros carnavales: “Pájaros de Bronce”.
De ahí en adelante marcaron un corto camino hasta su despedida del Carnaval en 1941, pero en esos cuatro años nadie pudo sacarlos del podio de triunfadores.
Era tal la creatividad de Carmelo Imperio y sus Negros Melódicos que, por ejemplo, en este año de su despedida de los escenarios -y compitiendo contra dos grandes como Granata y sus Gueypa-Gueypa y Collazo con Momento Musical- ganan y deslumbran con una marcha fox con letra del Dr. Patrón y música de Imperio y Courau, llamado “Trabajando al compás de una canción”, donde armaban pedazo a pedazo una vieja cachila Ford y cada martillazo seguía el compás de la música, hasta lograr partir del escenario con la misma en funcionamiento y ellos cantando dentro de ella.
La segunda etapa del conjunto sería importantísima para nuestros tiempos, porque con ellos se forma la primera gran rivalidad en la categoría.
En 1948 Santín Barbeito, Manuel Novo y “Tito” Pérez fundan en su querido barrio de La Comercial el conjunto de parodistas Fígaros Armónicos, logrando de inmediato un segundo puesto y el primero en 1949, con voces afinadas, un gran coro y con la pluma de Ricardo Riera, que escribe sus primeros libretos y la parodia “El Nido de Víboras”.
Pero en 1950 Barbeito se aleja de Los Fígaros y trae nuevamente al carnaval, junto con Soriano, a los Negros Melódicos, que comienzan a ensayar a dos cuadras uno del otro.
Ambos generaron una rivalidad sin precedentes, al punto que familiares, amigos y vecinos se transformaban en acérrimos enemigos, anticipando veinte años el contrapunto entre Los Gaby´s y Klapers.
Vendrían después dos primeros premios consecutivos para Negros Melódicos, algunos años de ausencias y retornos hasta que se retiran con un primer premio en 1967 de la mano de Coco Dandraya y su maravillosa parodia sobre La Novicia Rebelde, donde incursionan con órgano y guitarras eléctricas y revolucionan la categoría introduciendo las coreografías.
Sin lugar a dudas que Los Negros Melódicos grabaron su nombre y el de sus directores en la más rica historia del Carnaval uruguayo.