En la fotografía de carnaval, las cámaras apuntan derecho al escenario, donde se desarrolla la acción. También a los camerinos y clubes, donde se aprontan los espectáculos o al desfile y las llamadas. Pero pareciera que en el pedregullo no pasa nada.
Todos conocen al pedregullo como ese espacio donde los conjuntos van a terminar el espectáculo luego de presentarse en el Concurso Oficial, aunque el término se extendió a cualquier espacio cercano al escenario, donde artistas y público se cruzan e interactúan.
Incluídos los tablados, todos tienen su «pedregullo».
¿Que es el pedregullo para mi?
Es el encuentro de dos mundos que rara vez se mezclan.
En ese lugar es normal conversar de asuntos muy serios con una persona que tiene maquillaje hasta la nuca, o un traje de retazos de muy variados colores y gorro como peluca.
También es el punto de reencuentros puntuales, que se dan solo en febrero, tanto en el Teatro o en los tablados de barrio
También es el ámbito donde el artista se mezcla con el público para ver otros espectáculos, comer, socializar, tener más cerca y más reales a esas personas a las que se le canta desde «allá arriba».
Por eso, me tomé la libertad de extender el «pedregullo» a esos lugares donde artistas y público comparten espacios impensados, de formas impensadas.
El pedregullo es el espacio donde el contraste no se siente, y pasa a ser más evidente.