El espectáculo se llamará «El carnaval es un juego». El medio tendrá tres momentos centrales: un cuplé sobre el carnaval como trabajo o juego, otro denominado «Los Libertadores de América» y otro sobre la tenencia de los hijos por parte de padres separados. A nivel musical, buscarán ritmo, intensidad y un abanico de estilos que van desde la música uruguaya al canto latinoamericano.
Foto: Jimena del Río Ocampo
La identidad musical de una propuesta se logra con la permanencia de sus componentes, según el director y arreglador musical de La Gran Muñeca, Andrés Toro.
Desarrollarla ha sido posible en esta última etapa iniciada en el año 2008, ya que el elenco mantiene una conformación similar, de la mano de su director responsable, Eduardo «Pistola» Mega, expresó Andrés en entrevista con Calle Febrero, en un alto del ensayo, en el club La Isla (Michigan y la Rambla).
El artista, que el año pasado obtuvo importantes destaques al frente del coro, indicó algunas de las elecciones musicales que prepara para el 2017.
«A nivel estético, en la presentación y retirada, apostaremos por la música uruguaya», dijo el arreglador de la murga ganadora del pasado carnaval.
«Nos gusta ver qué músicas uruguayas están hoy», añadió, despojándose de cualquier prejuicio al momento de seleccionar un ritmo determinado para transformarlo en un código murguero.
Es así que su radar admite desde bandas rockeras o de plena, hasta tangos viejos o candombe.
Y si algún golpe de las músicas de las publicidades se adapta a un momento determinado, también integrará el repertorio, añadió el artista.
Pero musicalizar un espectáculo también requiere una receptividad que cruce las fronteras.
Sobre ese punto, Andrés expresó que se apostará por música brasileña, así como canto latinoamericano, con el venezolano Alí Primera como artista de cabecera, del que siempre toma alguna de sus composiciones.
Sin embargo, la suma de músicos no quiere decir nada, sin conocer el modo de entretejer la multiplicidad de artistas y estilos.
Es por eso que La Gran Muñeca apostará por «un ritmo muy para arriba», dijo Andrés, tras reconocer que, de un tiempo a esta parte, la búsqueda pasa por «proponer espectáculos más jugados desde ese lugar», al punto que realizar una pasada completa implica «bajar dos o tres quilos», bromeó el director escénico del grupo.
ESPECTÁCULO
Diciembre es un mes intenso para todos los espectáculos de carnaval.
Para Fabricio Speranza, letrista y cupletero, «la última recta es la más compleja», debido a que en ella se dan los puntillazos finales del texto, que son los que redondearán la propuesta.
El repertorio tendrá tres ejes temáticos centrales.
El primero, como de costumbre, propondrá una serie de guiños internos sobre el carnaval.
En ellos, la murga debatirá si el carnaval es un trabajo un juego, a partir de dos premisas fundamentales: el carnaval como fiesta y espacio para la diversión, pero que al mismo tiempo supone una actividad remunerada para sus protagonistas.
En segundo término, un cuplé sobre los libertadores de América comparará los tiempos y la sociedad actual con el pasado, en clave de crítica y risa.
Un tercer bloque trazará una mirada sobre la tenencia de hijos, por parte de padres separados.
Ese punto será una de las apuestas principales en el plano conceptual, a partir de los modos de organización y los roles de la familia, en la actualidad.
«La gente está muy cíclica y las cosas son más veloces y fugaces: antes las parejas se casaban y vivían toda una vida juntos. Ahora se caen esos estereotipos y es todo más incierto», sostuvo Fabricio, adelantando que el texto se enfocará en interpelar qué sucede con los hijos cuando los padres deciden tomar caminos distintos.