Luis «Canario» Pereyra va por su noveno año con los parodistas gitanos. En conversación con Calle Febrero, el fundador de La Reina de La Teja dijo que piensa seguir unos cuantos años más en la categoría y revela qué siente cuando le toca bajar a la platea a rematar los espectáculos.
Foto: Jimena del Río Ocampo
El carnaval del 2008 iba a ser el último para Luis «Canario» Pereyra. Estaba cansado y las cosas no salieron como estaban previstas.
Sin embargo, una llamada de Ariel «Pinocho» Sosa lo hizo cambiar de parecer y en 2009 comenzó una nueva travesía dentro del carnaval, haciendo lo que más le gusta: cantar.
En un intervalo del ensayo, en el Monte de la Francesa, Luis dijo a Calle Febrero que tiene pensado continuar en la categoría.
«Eso ya está hablado con Pinocho: voy a salir hasta que me diga que no va más, en el caso que quiera darle un vuelco al conjunto», expresó el fundador y referente de La Reina de la Teja.
Sin embargo, ese momento parece estar lejos.
Es que en cada ensayo, junto a Andrés Atay, Mariana Sayas y Andrés Curbelo, el «Canario» es uno de los más ovacionados en el show que Zíngaros brinda a la platea.
Para el elenco, la adrenalina comienza a subir temprano en el calendario carnavalero y aún en diciembre, cuando las luminarias del Collazo aún están lejanas, los parodistas realizan un show de alto voltaje, con música, danza y canciones para su público, cada noche.
En ese marco, Luis baja a la platea y canta temas de este y otros años, que son acompañados por una hinchada que conoce de memoria cada acorde.
Ese breve paseo lo «emociona», dice con un gesto de humildad.
Pero diciembre y enero son solo un simulacro. El momento de la verdad es en febrero, cuando al veterano cantante, de 61 años, se le asigna el remate del espectáculo, que casi siempre se desarrolla en la platea, donde aprovecha para entremezclarse entre los espectadores.
Allí, mientras el público se concentra en la música, el artista está pendiente del universo sensorial que lo rodea.
«En Zíngaros he vivido muchas cosas, pero lo más fuerte es cuando veo un espectador con los ojos llenos de lágrimas», sostuvo Luis, a propósito de esos momentos inolvidables de los que ha sido protagonista en la última década.
La afirmación adquiere un peso mayor si se toma en cuenta, por ejemplo, que el artista tiene seis primeros premios y una mención como Figura Máxima con los parodistas gitanos.
EXPECTATIVAS
El 2017 es un año con expectativas y renovación para Zíngaros.
El grupo cambió el letrista y varias figuras. Sin embargo, los más veteranos continúan y sobre sus espaldas recaerán varios de los momentos destacados del repertorio, según la descripción que realiza Pinocho en la apertura del ensayo.
Ese punto es el que le lleva más tranquilidad al experimentado cantor, que sabe que tendrá su espacio de lucimiento, aunque rápidamente el show girará hacia otros lugares.
«Me gusta estar acá, porque el viejito -dice por sí mismo- canta un tema y luego se va al fondo del escenario a descansar», bromea, tras indicar que se siente «cómodo» de estar «rodeado de tanta juventud».
EN CONSTRUCCIÓN
El fútbol y el carnaval son dos pasiones que definen buena parte de la identidad de los uruguayos.
En el caso de Luis, están unidos por partida doble, ya que trabaja como canchero en Liverpool.
Y si bien el equipo de Belvedere la ha dado muchas satisfacciones deportivas en el último tiempo, es el carnaval el que le ha permitido concretar algunos objetivos importantes, como su propia casa, que todavía no ha podido terminar -reconoce- pero a la que cada día le agrega un nuevo ladrillo, con lo generado en febrero.