Estos son los comentarios de Integración, Madame Gótica, Los Bergoglios y Saltimbanquis, formulados por los periodistas de Calle Febrero, Sebastián Sánchez y Guzmán Ramos en el cierre de una nueva etapa del Concurso Oficial. También puede compartir la crítica de Guzmán Ramos en el diario El País.
Foto: Guillermo Erijimovich (Po Colectivo Productor)
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El cierre de la jornada lo realizó la murga Saltimbanquis, con un espectáculo de muy buena efectividad, que apunta alto en el concurso gracias a la excelencia de sus aristas técnicas, algunas de las cuales —como el coro y el vestuario— bien podrían marcar diferencias a su favor.
El coro pone de relieve a varias de las principales voces del género, que aparecen a través de solos, dúos, tercetos u arreglos vocales especiales. Vale un destaque sobresaliente a su arreglador, Diego Berardi, quien logró una estupenda performance musical, en la que aparecen ritmos y colores, matizando un toque moderno con el característico de tiempos pasados, que perduran y están vigentes en la memoria de generaciones mayores.
La propuesta transita con intensidad por distintos climas.
Lo emotivo está propuesto en la presentación y despedida. La primera apunta al reencuentro con su público tras 20 años, mientras que su despedida es un canto dedicado a Eddie Espert y Carlos Modernell, director y letrista de la murga durante varios años, ambos fallecidos recientemente.También hay momentos de crítica, con un sabroso popurrí de actualidad, que se altera con pinceladas humorísticas.
No obstante, el mayor despliegue de risa está ubicado en la apertura y cierre de sus medios. Sobre este punto, Saltimbanquis plantea una muy divertida página que se ríe de sus personajes de camisas floreadas y los líos de antaño, en una mirada autorreferencial que sirvió para instalar el clima de disfrute.
La carcajada llega sobre el cierre, de la mano de Claudio Rojo, que compone a un murguista de antes que llega a este tiempo con el estilo de humor picaresco de hace dos décadas para enfrentar a la murga y un terapeuta, que buscan reprimirlo y ajustarlo a estos tiempos.
Una mirada que apela a un tema y lectura más conceptual, sin desprenderse del humor, es el cuplé de redes y la tecnología, que es el punto menos elaborado y efectivo del repertorio, aunque esta vuelta mejoró su ritmo y se presentó más ajustado.