Los periodistas de Calle Febrero, Guzmán Ramos y David Carlín formularon las siguientes consideracionees acerca de los espectáculos de Sarabanda, Araca la Cana, La Gran Muñeca y Los Muchachos, que actuaron en la séptima etapa de la segunda rueda.
Comentarios de Sarabanda
Comentarios de Araca la Cana
Comentarios de La Gran Muñeca
Comentarios de Los Muchachos
Lea la crítica de Guzmán Ramos que publica el diario el País
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La murga La Gran Muñeca brilló al cierre de una nueva etapa del Concurso Oficial, ratificando que se trata de una de las mayores candidatas a la corona del 2018.
El espectáculo tuvo alta calidad de humor, crítica, reflexión y poesía, cuatro condimentos que se alcanzaron de modo brillante y natural, en una función vibrante que apuntó simultáneamente a la cabeza y al corazón; a la convivencia entre el pensar y el sentir.
La murga de Eduardo Mega posee uno de los mejores libretos del carnaval.
Allí se despliega un discurso sustancioso y desbordante de contenidos novedosos, muchos de los cuales están por fuera de la agenda de los grupos de esta categoría.
Tiene en el cuplé “Rendición de Cuentas” a uno de los mejores de la temporada.
Se trata de una finísima comedia que entremezcla la caricatura con la crítica política, cuyos mayores méritos son la obtención de una alta dosis humorística, de modo cantado y a través de la representación colectiva, donde priman la ironía, pero también la nominación directa cuando se trata de llamar a las cosas por su nombre.
La apertura del espectáculo aborda una divertida mirada sobre una cooperativa de viviendas integrada por murguistas, mientras que el cierre del trabajo es con un cuplé sobre los múltiples modos de acoso.
El espectáculo ofrece al espectador la posibilidad de una lectura epidérmica y primaria, donde priman el goce y el disfrute, pero también de segundas y terceras intepretaciones, de cauce profundo, en las cuales aparece una precisa problematización de las temáticas en cuestión.
La Gran Muñeca posee una mirada juvenil, fresca, inconformista, inspirada y esperanzadora, que clama en favor de los derechos, la vida, la justicia, los valores, la cooperación, la solidaridad y el cuidado del planeta, entre otras definiciones de matriz humanista.
Reivindica la alegría y la creatividad como motores principalísimos de la vida.
También promueve las prácticas de encuentro, a las que significa como antidotos a la fragmentación resultante de un mundo impersonal y materialista.
Su libreto se desliza a través de una impecable interpretación, con bellísimos arreglos y una musicalidad que permite fluidez y define los climas, intensidades y énfasis, que son tan variados como el conjunto de ideas que habitan la propuesta.
La brillantez del repertorio convierte a La Gran Muñeca en uno de los espectáculos que no pueden dejar de verse, al tiempo que trasladan la emoción a la liguilla, considerando que es una de las propuestas más elogiables, con enormes aspiraciones en el concurso.
PARODISMO
Los Muchachos ratificaron el muy buen espectáculo de la primera rueda, confirmando que se trata de un género cuya definición será muy pareja, en la que no hay un favofrito claro hasta el momento, de modo que los grupos no pueden dar ventajas si pretenden continuar en carrera.
El trabajo obtuvo muy buena respuesta humorística en sus dos parodias, “Luna de Avellaneda” y “Cacho de la Cruz”, dos obras que forman parte de un mismo relato, cuyas escenas y personajes se entremezclan, dotando al repertorio de continuidad y fluidez.
“Luna de Avellaneda” es un filme argentino que narra la problemática de un club de barrio enfrentado a su desaparición.
El texto tiene rica síntesis y una buena selección de escenas, al tiempo que añade personajes que no están en el original -y exagera otros tantos- a los efectos de generar así los imprescindibles giros paródicos.
La segunda obra, en tanto, recrea los personajes más destacados de un gran´ícono de la televisión uruguaya, cuya vigencia duró más de cinco décadas.
El mayor desafío del grupo era mantener el nivel de ejecución de una propuesta que llegó muy afiatada a la primera ronda, calidad que se logró gracias a un elencó sobresaliente, que otra vez volvió a comandar Luis Alberto Carballo, decididamente jugado a una faceta cómica.
Un destaque especial merece la dirección actoral a cargo de Maximiliano Xicart.
Tal virtud radica en la definición de personajes con características singulares, sobre cuyos rasgos de identidad se basa la construcción del humor.
Y si bien es muy difícil escindir ambas parodias y aislarlas para su análisis, en esta segunda rueda quedó claro que la representación sobre Cacho de la Cruz tiene mayor pegada.
El show se complementa con gran elaboración técnica, donde la música, danza y ambiéntación merecen una nota de excelencia.