El primer ministro japonés Shinzo Abe y su esposa, Akie Abe, harán un alto en su agenda del G20 en Buenos Aires y arribarán a Uruguay el próximo domingo 2 de diciembre, en una visita oficial de unas pocas horas, informó ayer el Servicio de Comunicación de Presidencia.
En ese marco, la primera dama nipoma visitará la Casa de la Cultura de C1080, en Carlos Gardel 1994, donde recorrerá las obras de ampliación y remodelación de esa sede, que financia el país asiático, informaron a Calle Febrero representantes de la comparsa y de la Embajada japonesa.
El apoyo de Japón al proyecto edilicio de la comparsa es a través de un préstamo no reembolsable de U$S 91.000.
Dicho monto, junto a otros dos otorgados a dos intendencias del interior por para obras de biem público, integra un programa de cooperación llamado Programa de Asistencia Financiera No Reembolsable, que lleva en el Uruguay 50 años y ya ha apoyado más de 116 emprendimientos.
El vínculo entre la comparsa de la familia Silva y el gobierno de Japón comenzó a estrecharse a través de la exembajadora Keiko Tanaka, quien estuvo a cargo de la misión diplomática en Montevideo hasta principios del 2018.
Tanaka, una exejecutiva de una empresa automotriz de renombre mundial, tomó clases de candombe con integrantes de la comparsa y ha participado de algunos desfiles con la agrupación que recoge el legado del conventillo del Medio Mundo.
ALTO PERFIL
Akie Abe es una primera dama cuya actividad se caracteriza por un alto perfil, según reportan varios sitios y portales especializados en política.
El pasado año fue protagonista de una singular anécdota: no compartió siquiera una palabra con el presidente norteamericano, Donald Trump, en una cena de camaradería entre representantes de ambos gobiernos.
En ese entonces, Trump explicó a la prensa de su país que, pese a haber compartido la cena y haber estado sentado a su lado, el encuentro transcurrió sin intercambiar palabras porque Akie no «habla una sola palabra de inglés».
Sin embargo, existen evidencias que la esposa del premier japonés habla dicho idioma de modo fluido.
Varios sitios atribuyeron la conducta a diferencias que la primera dama mantiene con la agenda y los posicionamientos de Trump.