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Álvaro García traza una visión sobre el futuro carnaval para Calle Febrero: incertidumbre, economía, viabilidad de tablados y desfiles y un llamado a usar la imaginación

En la coyuntura actual, Calle Febrero convocó a diez personalidades sobresalientes de nuestro carnaval, pertenecientes a los ámbitos artístico, académico, empresarial, sindical, de las instituciones y de los medios de comunicación a analizar las posibilidades de realización del futuro carnaval. En esta oportunidad, la reflexión corresponde a Álvaro García, letrista de las murgas Contrafarsa, Cayó la Cabra, La Gran Muñeca y La Cofradía, quien además ha tenido importantísimas responsabilidades en la gestión económica del Uruguay reciente, por haber sido ministro de Economía y Finanzas (2008-2010) y director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (2015-2020).

«CARNAVALES ERAN LOS DE HACE POCO…»
Por Álvaro García
Foto: La Diaria

Se me convoca por los amigos de Calle Febrero a brindar mi visión prospectiva sobre el carnaval 2021 en este contexto de pandemia global por causa del virus que provoca el Covid 19.
Y no es tarea fácil, dada la incertidumbre que rodea el tema.
Cisne negro como pocos –así se llama a aquellos eventos imposibles de predecir con relativa exactitud y que impactan en cambios radicales- esta Covid 19 ha cambiado nuestras vidas en pocos días.
Y no sabemos por cuánto tiempo.
Ese cambio, que en nuestro país ya superó los dos meses, nos modificó, además del comportamiento, nuestras sensaciones.
Por estos días, cuando en filmes de otras épocas no tan lejanas, vemos gente en aglomeraciones, o saludos efusivos, ya sentimos la sensación de extrañeza natural de quien ha prendido todas las precauciones para no tener más cercanía con el resto de los mortales que dos metros de distancia.
E imaginar un carnaval en estas condiciones es imposible.
Claro que todo puede mejorar, y permitirnos retomar la fiesta en 2021, como la conocemos desde siempre.
Pero suponiendo que se mantienen las condiciones de distanciamiento social sostenido actuales, habría que cambiar radicalmente para tener carnaval en 2021.
Supongamos que la época de ensayos, con un rígido comportamiento, puede llevar a concretarlos, más o menos con más distanciamiento físico, sin abrazos, sin coreografías que lleven a tocarse, con hisopado obligatorio para quienes participan. ¿Difícil no?
Lo que no resulta imaginable siquiera, es un desfile inaugural manteniendo la disciplina de guardar distancia.
La adrenalina de esa noche no lo permite. ¿Sería un desfile sin gente? ¿Sin sillas, sin tribunas en 18? ¿Se haría sólo para la TV?
¿Y los tablados? ¿Sillas cada dos metros? ¿Cuatro personas por tablón? Aquí me sale el Contador, y la inviabilidad sería la económica…
Volviendo a mi oficio carnavalero, para nosotros los letristas, que estamos acostumbrados a imaginar situaciones absurdas, esta nos complica la vida, porque tiene las restricciones de la realidad.
En 1991, con Contrafarsa hicimos el cuplé del Murguista del Futuro, y allí ensayábamos algunas visiones que, a decir verdad, en estos casi treinta años que han pasado, la realidad ha superado.
En una parte, nos preguntábamos cómo serían los tablados del futuro. Y allí aparecían cosas impensadas para aquel momento, que luego vimos que ya no serían tan raras.
“El carnaval permite lo imposible”, dijimos alguna vez. “Vos podés usar tu imaginación”, dijimos en otra letra. Será lo que habrá que aplicar para poder seguir disfrutando del carnaval más largo y más lindo del mundo.
Mientras tanto, ateos y creyentes de todos los credos, amantes del carnaval, encomendémonos a Dios Momo y sus poderes, para que uno de los jueves a finales de enero de 2021, podamos estar reencontrándonos, compartiendo un brindis del mismo vaso o botella, y explotando en un abrazo, una vez más, ante el comienzo de un nuevo carnaval.