Por Guzmán Ramos
Julio Julián falleció en Montevideo el domingo 1 de agosto, tras un largo deterioro de su salud.
Sus restos fueron velados en Martinelli el lunes 2, de 8 a 12. El cortejo fúnebre partió luego hacia el Cementerio del Norte, donde recibió sepultura.
El artista fue un referente creativo de murgas como Falta y Resto y Araca la Cana, a las que dirigió.
En la primera compuso el emblemático tema A Una Mano Paloma, que estrenó la murga en el tablado del Liverpool, a pesar de que el repertorio de ese año fue íntegramente censurado por la Comisión de Control.
La pieza, que rápidamente se convirtió en un himno, es, casi sin dudas posibles, la primera elaborada con letra y música inédita, tal como lo sugiere Raúl Castro en su biografía.
En ese entonces, las murgas desarrollaban sus partes cantadas basada en el contrafáctum, un modo centenario por el cual se compone una letra a partir de una música preexistente.
La censura de esa canción, más todo el repertorio del 82, que Castro reescribió horas antes del vencimiento del plazo, inspiraron un año después el cuplé de Murga Lá, que interpretó Roberto García, transformándose en uno de los más elogiados de los ochentas.
Julián estuvo presente en varios de los repertorios fundamentales de los 80 de Falta y Resto.
Entre otros, hizo los arreglos de la despedida Al Ayuí (1984), de Alerta (1985) y de la despedida a los compañeros de la escuela, del año 1987, todas ellas de altísimo contenido político.
La duración de esas creaciones se consideran como fundantes de las despedidas «largas» y con una mayor dificultad y elaboración musical, que fueron dominantes una década después.
También estuvo al frente de los arreglos corales de los Adam´s en los años 80, de la murga Momolandia y de Araca la Cana, murga con la que abrió una época de oro con el espectáculo La Familia, de 1995 y el primer premio de 1997.
En el año 1995 ganó la mención como Mejor Arreglador Coral.
Si bien estaba alejado de los escenarios desde hace algunos años, Julián hizo arreglos en murgas del interior y fue jurado en varios certámenes.
En diálogo con Calle Febrero, el director de Falta y Resto, Raúl Castro, dijo que el artista fallecido este 1 de agosto fue un factor fundamental en la profesionalización de Falta y Resto.
Tintabrava destacó también el enorme valor de los arreglos y la importancia del artista en la construcción de una identidad sonora de la murga.
Walter «Memo» Cortez, histórico componente de Araca la Cana, hizo hincapié en el valor humano de Julián.
«Fue una gran persona, un compañero sensible (…) y un artista que supo pararse al frente de una murga, con todo lo que ello implica desde el punto de vista humano», expresó.