Con 76 años de vida y más de 50 en Carnaval, el ganador de cinco distinciones como Figura Máxima destacó su pasaje por Aristóphanes y no descarta repetir el próximo año en ese grupo.Foto: Jimena del Río Ocampo.
No mira videos de sus actuaciones pasadas, ni escucha cintas de aquellos años, aunque se emociona cuando Calle Febrero le dice que tiene una copia de su personaje de Gardel, en Valentinos 1996.
Tampoco se define por una parodia o un personaje de los tantos realizados, ya que no quiere que una opinión suya, dicha las apuradas, hiera a algún antiguo componente.
Sin embargo, Miguel “Pendota” Meneses recuerda con precisión anécdotas de sus primeros años, cuando a mediados de la década del sesenta pisó un tablado por primera vez junto a la murga Don Bochinche y Compañía.
El talento de Pendota fue reconocido apenas llegado al carnaval.
Tal es así que en los años siguientes ya era un destacado actor de Palán Palán, la revista de la familia García que ostenta el récord de primeros premios en la máxima fiesta popular del Uruguay.
De allí pasó a Comediantes Rítmicos, en la categoría que lo acunaría casi por cuatro décadas: el parodismo.
Pero un hecho marcaría la vida de aquel joven comediante que compartía su tiempo lustrando muebles, jugando al fútbol en todas las categorías de Sud América, remando en el Rowing o ejercitando los puños en Palermo, cuando José “Tucho” Orta lo convenció para sumarse al Los Gaby´s, grupo con el que debutaría en 1973 y con el que obtuvo el primer premio de ese año, más los de 1974, 1975, 1976, 1978, 1979, 1981, 1989 y 1990.
“Los Gaby´s tuvieron (como sello) la variedad; la marcación de la puesta en escena y las coreografías”, expresa Pendota, mientras recuerda sus andanzas de esos años junto al inolvidable Mario Fossatti, con quien compuso una de las duplas más queridas y aplaudidas del parodismo.
También realiza un destaque para los músicos y los solistas fundadores, que aportaron otras de las señales de identidad más notables del elenco de La Comercial.
PARODIAS – No hay forma sacarle a Pendota una preferencia por Juan Salvador Gaviota (1978) o Gandhi (1984), aunque reconoce el enorme valor de ambas y el hecho de que aún perduren en la memoria colectiva, inclusive en la de aquellos que no las vieron.
De la primera parodia recuerda una anécdota muy particular: en medio del emotivo alegato de personaje protagónico que le tocó interpretar en el Teatro de Verano, miró hacia el costado y vio a sus compañeros llorando.
De Gandhi, por su parte, le quedó un sabor un tanto más amargo, ya que, a su juicio, debió merecer el primer premio. “Estaba visto que no íbamos a ganar en 1984, aunque teníamos la mejor parodia”, recuerda señalando los convulsionados años de dictadura militar.
En ambos casos –evoca Pendota- el grupo se las ingenió para eludir la censura.
Pero la década del ochenta no fue transitada únicamente en el parodismo, pese a conquistar en el primer lustro tres de sus cinco máximas menciones como Figura (1981, 1983 y 1984). Sucede que el veterano actor pasó por los elencos de Arlequines (1985) y Los Nuevos Saltimbanquis (1986).
Años más tarde, en 1988, otra vez volvería a Los Gaby´s, donde pondría a rodar su amistad con un nuevo letrista: Horacio Rubino. Los éxitos otra vez volverían a dispararse.
REFERENTE – Con su palmarés a cuestas, más otras dos menciones como Figura Máxima (1992 y 1996), Pendota lució en los escenarios su nuevo apodo: “Maestro”.
Recuerda con especial cariño parodias como El nombre de la Rosa (Momosapiens 1992) y Martin Luther King (Momosapiens 1993), así como Gardel y Evita en Valentinos (1996 y 1997). De esas temporadas no pasa desapercibida su complicidad con Aldo Martínez, con quien también participó en 2000 y 2001 en las parodias Bill y The Kid, La Madre Teresa, Rescatando al Soldado Ryan o El hombre elefante, todas de Momosapiens.
JUVENTUD – El paso de los años parece no ser un tema de preocupación para Pendota. De hecho, admite haberse dado un baño de juventud con Aristophanes, elenco al que llegó para esta última temporada.
Una experiencia similar había realizado una década atrás con Gurrumines, los parodistas de Mario Orta que también pusieron en escena una nueva generación de actores.
“Aristophanes es un grupo totalmente diferente, distintos a todos los parodistas, por su manera de ser”, sostiene Pendota, aunque aclara que aún no está confirmada su participación en el grupo para el año próximo.
El límite para volver a conversar con ellos es agosto, expresó.
No obstante, la fecha de la despedida de las tablas está lejana, al menos en su cabeza. “Me siento con fuerza para salir y no me voy a entregar así nomás”, finalizó Pendota.