El director del coro, Lucas Pintos, y el de puesta en escena, Alberto Rivero, conversaron en la nota final de Calle Febrero, una vez finalizada la actuación del Teatro de Verano.
Foto: Po Colectivo Productor
(Maicor Borges y Fernando Vidal)
La murga Cayó la Cabra pasó por el Teatro de Verano con el espectáculo “Barato”, que tuvo una vez más un libreto muy sustancioso y divertido, con una producción escenográfica y de vestuario de alto nivel y sumando artistas en un rubro como el canto, que venía siendo uno de sus puntos más flacos.
En la nota final de Calle Febrero, el director de puesta en escena del grupo, Alberto “Coco” Rivero, dijo casi entre lágrimas sentirse “feliz y emocionado” con un trabajo que lo tuvo atento hasta el último minuto.
“Aguanté la emoción hasta el final porque estaba en la iluminación junto a Andrés Alba y no podía desconcentrarme, pero el momento que viví fue una belleza», puntualizó.
Lucas Pintos, el director escénico del grupo, finalizó su actuación con un estado similar.
«Me duelen los cachetes de tanto cantar”, dijo Lucas, tras agregar que la función “fue un goce pleno».
Agregó que «es un espectáculo que me dejo pasar por todas las emociones y sentimientos” y que el mismo logró una “respuesta única” de la platea, sostuvo. También contó que durante el mismo los artistas de Las Cabras descubrieron momentos que en los tablados previos no tenían tanta buena respuesta.
Pero si bien la charla se centró en el rescate de las postales de los minutos previos a la finalización de la actuación, Lucas también puso su énfasis en todo el proceso anterior, en el que participaron varios artistas de un numeroso equipo creativo.
Sobre ese punto, el artista destacó que el resultado final fue producto de “enojos, discusiones y encuentros”.
Destacó la potencia del trabajo en equipo y reafirmó estar «súper conforme» con el resultado final: «Cuando uno da y da, (la platea) lo devuelve»; finalizó.