Los humoristas de Arteatro pisaron el Teatro de Verano defendiendo el primer puesto obtenido el año anterior y Darío Sellanes, protagonista del espectáculo, dialogó con Calle Febrero al finalizar su actuación.
Foto: Po Colectivo Productor
(Maicor Borges y Fernando Vidal)
El humor de Cyranos engalanó la noche del Ramón Collazo y los presentes no tuvieron ni un minuto de corrido para poder respirar y volver a sonreír.
En conversación con Calle Febrero, el artista del grupo, Darío Sellanes dijo estar muy satisfecho con la respuesta lograda, dentro de una actuación que “pasó volando”, dijo.
«Lo curioso fue el final, ya que recién ahí nos dimos cuenta cómo había salido todo», fueron sus primeras palabras, entre medio de abrazos y saludos, en pleno pedregullo.
Lo llamativo del espectáculo de la gente de Arteatro fue la dinámica con la que salió el espectáculo, a pesar de tener pocos tablados.
Esas presentaciones fueron solo nueve y representaron “pruebas distintas», considerando la variedad de momentos que tiene el repertorio.
Darío dijo que los preparativos de “Samurái” demandaron nueve meses y que el principal mérito corresponde a los técnicos que diseñaron y armaron hasta la pieza más pequeña de la escenografía.
A pesar de la poca cantidad de tablados realizada, el trabajo ya venía por buen curso, expresó el actor de Cyranos.
«Cinco días previos a que comience carnaval ya teníamos el espectáculo completo y eso generó confianza en los protagonistas, sostuvo Darío y agregó que los integrantes del elenco tenían una fuerte intuición de los momentos en lo que aparecería el humor, como resultado del «trabajo duro», en la previa.
Como es característico de este conjunto, la búsqueda de la risa discurre por diferentes situaciones.
Sobre ese punto, Darío expresó que el libreto propone “gran cantidad de escenas y todas funcionan», indicó, tras añadir que “si la gente se ríe y nosotros disfrutamos, el trabajo está hecho”.