Estos son los comentarios realizados por Guzman Ramos y Sebastián Sánchez realizados tras la finalización de la segunda etapa del Concurso Oficial, desde el Teatro de Verano «Ramón Collazo». Fueron emitidos para todo el Uruguay a través de Emisora del Sur y nuestras repetidoras del interior.
Foto: Po Colectivo Productor (Fernando Vidal y Maicor Borges)
COMENTARIOS DE LA CARPINTERA ROH
COMENTARIOS DE METELE QUE SON PASTELES
COMENTARIOS DE LOS CHOBY´S
COMENTARIOS DE SALTIMBANQUIS
Esta es el comentario de la etapa realizada por Guzmán Ramos en el diario El País
Pulse aquí para leerla completa.
Saltimbanquis volvió al Teatro de Verano, luego de dos décadas de ausencia, con un coro de lujo y una propuesta de alto nivel, muy aplaudida, en especial cuando Claudio Rojo salió a escena, para divertir con su clásico estilo de humor picaresco, que la murga adoptó como fórmula persuasiva principal desde la mitad del repertorio hacia delante.
Los dirigidos por Nelson Ferro pasearon al espectador por momentos de crítica y humor, con una propuesta que se jugó por entero al entretenimiento, con un sostén visual y musical sobresaliente.
Brilló una vez más Diego Berardi, tanto en la selección musical como en los arreglos de uno de los principales coros de la categoría en este 2018.
Allí se destacaron las voces de Ricardo Villalba, Agustín Pittaluga, Nicolás Ríos, Edén Iturrioz o el propio Rojo, entre otros.
El planteo tuvo vértigo e intensidad.
Comenzó evocando la “larga espera” que representó su regreso, ofrendó un cálido saludo a La Unión -uno de los barrios emblemáticos del género- y luego pasó a un divertidísimo momento satírico sobre sus pintorescos personajes de antaño con camisas floreadas o los famosos líos con la prensa o los jurados, que sirvieron para instalar e ir saboreando la temperatura del humor.
Posteriormente llegó un cuplé sobre las redes socialesy el uso del amplio universo de lo digital, que fue el punto menos logrado y efectivo del texto y, por ende, de la propuesta global.
Pero de ahí en más Saltimbanquis retomó un giro ascendente.
El coro fue el principal protagonista de un rico salpicón de crítica de actualidad, al tiempo que Claudio Rojo protagonizó un delirante momento basado en un cupletero de antes que intenta revivir la vieja mísitica, pero al que los nuevos tiempos le quieren imponer una visión políticamente correcta.
Salvo su remate, donde se rinde un cálido homenaje a los antiguos cupleteros con un tono solemne, el cuplé obtuvo una continua devolución humorística, constituyendo un fragmento verdaderamente fuerte del repertorio.
La despedida, en tanto, tuvo belleza poética y emoción para hablar de la amistad, evocando a Eddie Espert y Carlos Modernell, dos íconos de la historia de la murga, desaparecidos recientemente.
Un especialísimo destaque merecen también el vestuario y maquillaje de Rosario Viñoly, de gran delicadeza y elaboración, que completaron una muy buena primera rueda, con aspectos técnicos muy logrados, que prepararon la cancha para que Saltimbanquis juegue fuerte en la principal categoría del carnaval.
A segunda hora cantó la murga Metele que son Pasteles, con una propuesta inteligente y reflexiva, con densidad conceptual en el libreto, aunque al repertorio le costó entrar en caja al inicio, tal vez a causa de un escaso ritmo.
No obstante, debe consignarse que este tipo de propuestas necesitan una linea de narración musical un poco alejada de los cánones del género ya que, de otro modo, sería imposible asimilar el bombardeo de ideas del libreto.
La propuesta se denomina “Sentido Común”.
Habla sobre los uruguayos, la sociedad moderna, sus conductas y modos de pensar, al tiempo que interpela al sistema y sus hegemonías con un lenguaje que se apoya básicamente en la ironía, pero que también ataca por el lado directo, siendo, en ambos sentidos, eficiente.
Sentido común, una máxima de la racionalidad, es, a juicio de la murga, un modo de reafirmar un mundo ordenado, que da por sentada la existencia de ganadores y perdedores, donde las posibilidades de cambio y transformación no están en las instituciones, sino, por el contrario, en el individuo.
Un individuo que, sin embargo, está poco comprometido con tal cambio y, a la vez, desprovisto de un pensamiento crítico que le permita salir de la zona de confort.
La mirada sobre el sistema que proponen Los Pasteles no está dicha a modo de editorial, sino por el contrario, oculta en sus cuplés, cuya fachada apunta generalmente al humor.
Un humor que obtienen, mayoritariamente, cuando promedia un espectáculo donde cada idea se va asociando con la siguiente, como una puerta giratoria que opera, simultáneamente, como ruta de entrada y salida de sus múltiples argumentaciones.
Así, por ejemplo, para hablar del sistema, anuncian un cuplé sobre la problemática de los cincuentones que, lejos de referirse a la previsión social, se enfoca ocurrentemente en cómo dicha generación puede acceder a la marihuana sin necesitar de sus hijos.
Instalada la mirada sobre lo social, comienza definitivamente la interpelación al sistema, zona en la que los libretistas navegan acertadamente los cauces más profundos.
El cuplé del facho es una clara expresión de ello.
Allí quedan patentes los modos de pensar más conservadores de una sociedad que habla de las necesidades de reinventarse, pero que, de modo maniqueo, se las ingenia para pisar el freno una y otra vez.
Más profundo aún es el cuplé sobre “Los Medios y la murga”.
A los primeros se los acusa de portar el discurso que reafirma las hegemonías e instituidos.
A la murga, en cambio, le corresponde proyectar el discurso de lo alternativo y la novedad; la verdad revelada.
Pero, aún así, esos discursos también están entreverados y coabitan en un carnaval donde las voces del cambio deben lidiar permanentemente con las lógicas del poder y sus respectivos intereses.
En síntesis, se trata de una propuesta para pensar y, como de costumbre, para abrir caminos que permitan cambiar la cabeza…