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La encrucijada del carnaval 2021: Myriam Bertolini, secretaria del Sucau, propone redoblar el compromiso con los escenarios de los barrios

En el marco de la pandemia por Coronavirus, Calle Febrero convocó a distintas personalidades de los ámbitos artístico, empresarial, sindical, de los medios y de las instituciones, a plantear una reflexión que ayude a contextuar la situación actual y plantear los desafíos para el carnaval 2021, cuya realización es incierta. Todas las invitaciones formuladas por Calle Febrero fueron hechas tomando en cuenta la pertenencia a dichos ámbitos, aunque las invitaciones fueron hechas de modo individual.
En esta oportunidad, Myriam Bertolini, secretaria del Sucau (Sindicato de Artistas) da su opinión sobre los aspectos en cuestión, poniendo énfasis en el apoyo a los tablados populares, donde se destaca el trabajo de los vecinos. 
Sin subestimar la importancia de los escenarios comerciales, Bertolini plantea la necesidad de mirar hacia los barrios, con el apoyo del subsidio municipal para asegurar las fuentes de trabajo para los artistas.

«El compromiso está en los barrios»
Por Myriam Bertolini (Secretaria del Sucau)

En vista de la situación que estamos viviendo a partir del Covid 19, condicionados a todo tipo de actividades donde se aglomere gente, el Carnaval, por su gran convocatoria, es una gran interrogante para todos, aunque todavía faltan 8 meses.
Pensando en forma macro, podríamos decir que aun falta bastante, pero bajando a la realidad y desmenuzando como es que se prepara el Carnaval y el tiempo que lleva las distancias, no parecería tanto, teniendo en cuenta que hay grupos que dan prueba de admisión para las llamdas, más los que dan para el Concurso Oficial, que son todos los titulos nuevos, que vuelven o no pasaron a la segunda rueda y liguilla.
La preocupación es cómo organizar una fiesta que, básicamente, se nutre de artistas y público en forma masiva, en un contexto donde los espectáculos públicos están prohibidos, independientemente de que varios grupos están armando sus planteles y se conocen algunos «pases».
Toda esta incertidumbre se suma a la interrogante de cómo será la realidad de los escenarios, cuántos serán, como podrá instrumentarse el distanciamiento social por ejemplo.
Tampoco se sabe cuál será la realidad de la sponsorización, el apoyo del Estado y ni quiero pensar lo que sucederá si en las elecciones municipales dieran como resultado una intendenta «Multicolor».
A partir del mes de noviembre del 2019, luego que se conoció el cambio de gobierno, el apoyo oficial fue una de las tantas interrogantes y el paso del tiempo no se presenta como muy auspicioso en ese sentido (por más que trato de ser positiva en todos los aspectos de mi vida) considerando la visión de las nuevas autoridades y comparando con lo hecho por esta visión en otra época, antes del 2004.
Por eso es necesario mencionar que los escenarios populares son fuente de trabajo para las y los trabajadores de carnaval, al igual que lo son los comerciales.
Lo cierto es que la partida que la Intendencia de Montevideo destina a dichos escenarios populares es muy importante, no solo para el trabajador, sino también para los barrios en los que el carnaval no llegaba, gracias al compromiso de gestión de los vecinos de cada lugar, que han sentido como propio su lugar, trabajando para un bien común, con el agregado de que de dichas actividades se han logrado beneficios para escuelas, jardines y otros proyectos, gracias a lo recaudado.
Eso es lo que genera la participación de los vecinos.
Si bien pareciera que soy bastante pesimista por el análisis, tengo la esperanza de que podamos sortear este momento tan difícil como pudimos hacerlo en épocas muy oscuras del país, ya que el carnaval sigue siendo un bastión fundamental de la cultura, junto a otras aristas.
Tendremos que ver como encontramos la forma de celebrar un nuevo Carnaval. Que por cierto será diferente pero SERÁ.