Por Guzmán Ramos y Fabián Cardozo
La huella que dejará el coronavirus en la sociedad y economía uruguayas será impredecible, pero ya se pueden percibir sus rastros.
Al menos, uno de ellos: el económico.
Y así fue transmitido por el presidente de la gremial de carnavaleros, Enrique Espert, a Nicolás Martínez, secretario privado presidente de la República, Luis Lacalle Pou, en una entrevista que tuvo lugar en la Torre Ejecutiva, el martes 2 de junio.
Originalmente, Calle Febrero informó que la entrevista había sido con el primer mandatario, pero fuentes del gobierno confirmaron a Calle Febrero esta segunda versión.
Según supo Calle Febrero, el secretario del primer mandatario mantuvo una agenda compuesta con un nutrido menú de temas económicos con Espert.
Entre ellos figuró la preocupación por la escasa venta de diarios y revistas, cuyo sindicato también representa el presidente de Daecpu.
«Detrás del sindicato hay varias obras sociales en marcha que son motivo de preocupación», se seguró a Calle Febrero por fuentes de Daecpu.
EL PRINCIPAL FRENTE DE BATALLA: LA ECONOMÍA
Espert hizo referencia a la viabiliad económica del carnaval en dos frentes: la esponsorización pública, que es una de las principales fuentes de financiamento del carnaval, en un contexto donde el gobierno viene reduciendo la inversión en distintas áreas.
Esa lógica -entiende Daecpu- no escapará a la temporada 2021 y no únicamente a través de Antel, que es uno de sus principales «socios comerciales».
Es más, la preocupación de Daecpu por Antel es relativa, porque se entiende que es una empresa que, si bien hace el mayor aporte, también existen otros competidores del rubro telecomunicaciones a los que es posible proponer un paquete de inversión ante un eventual reemplazo.
No es lo mismo para otras empresas públicas que apoyan a la máxima fiesta popular, cuya continuidad también está en duda.
Entre las preocupaciones de la gremial figuran la continuidad de la declaratoria de interés de la máxima fiesta popular, ya que, de ese modo,las empresas públicas tienen, por ley, prioridad en su inversión.
Además, la continuidad de esa declaración tomada por el primer gobierno de Vázquez permite que los privados pueden descontar -esponsoreando a través de Daecpu- un importante porcentaje por Impuestos a la Renta de las Actividades Económicas (Irae), lo que supone una renuncia fiscal para el Estado en épocas donde los números están en rojo.
No fue posible saber si ese tema estuvo arriba de la mesa con Martínez, aunque es un tema del que ya se habla abiertamente entre algunos directivos que ven con preocupación el futuro económico de la máxima fiesta popular.
Lo que sí estuvo arriba de la mesa fue la preocupación por la temporada 2021.
«Hay que esperar», dijo Espert, sobre las determinaciones que deberán tomarse de cara al año entrante.
Sin embargo, el presidente de los carnavaleros puso sobre la mesa una cuenta evidente: si hay distanciamento social, el Teatro de Verano deberá reducir un 25% su aforo, haciendo inviable el concurso, si se toma en cuenta que de las utilidades del Collazo por venta de entradas y plaza de comida sirven los premios de los 44 participantes.
«Aplicando el protocolo (de distanciamiento) entran 1.000 personas en el Teatro de Verano (en vez de 4300). Con 1.000 personas no se puede hacer», dijo Espert a periodistas apostados en la Torre Ejecutiva.
La cuenta de Espert también involucra a los tablados: sobre todo a los comerciales, que financian el costo de programación con la venta de entradas.
«El mismo efecto corre para los escenarios que llevan tres mil o cuatro mil (y ahora) van a tener que llevar 800»,
A ellos, las medidas de distanciamiento los obligan a replantearse su supervivencia.