Las declaraciones del Dr. Rafael Radi acerca de postergar las definiciones sobre el carnaval hasta enero generaron una lógica incertidumbre en la comunidad carnavalera.
El representante del Grupo Asesor Científico Honorario (Gach), encargado de las definiciones estructurales sobre la gestión de la pandemia, trazó un panorama realista y dio las pistas necesarias para construir una agenda que hasta el momento no está arriba de la mesa.
En función de dicha visión, Calle Febrero propone diez líneas posibles, basadas en información vertida en los últimos días, que pueden orientar al lector sobre el estado de situación.
- ADMINISTRAR LA INCERTIDUMBRE
Los carnavaleros quieren una definición ya sobre los aforos, porque de ello dependerán las decisiones.
El Gach dijo que primero se analizarán las fiestas y luego la primera quincena de enero, porque ambos momentos representan una amplia movilidad de personas. Recién ahí habrá una opinión formal sobre el tema del carnaval.
Radi afirma que para que un evento de la magnitud del carnaval pueda desarrollarse razonablemente, la situación epidemológica debe estar «controlada».
Para establecer esa valoración, el equipo asesor utiliza la escala más exigente, que fue elaborada por el Global Health Institute de la Universidad de Harvard, a través de un indicador que establece la incidencia de nuevos casos positivos cada 100.000 habitantes.
Hace 20 días, Uruguay superó el valor 1, de acuerdo al promedio de casos semanales, que superaron los 35 diarios, en promedio.
Eso determinó el pasaje a zona amarilla, de atención, pero, objetivamente, apenas por encima de los valores deseables.
Quiere decir que si la situación se estabiliza, es razonable pensar que se admitira la realización de un evento de estas caracteríticas.
No habrá una definición ya del Gach, de modo que las posibilidades siguen en pie. - LOS DESFILES CON PÚBLICO, UNA UTOPÍA
La posibilidad de realizar los desfiles de Llamadas y Carnaval, con público, son una utopía.
El director de Salud, Miguel Asqueta, ha dicho sin rodeos que no se los imagina, porque sería imposible organizar un evento sin aglomeraciones.
Sin embargo, dichos eventos siguen en pie y las comparsas continúan los preparativos, inclusive la prueba de admisión.
Extraoficialmente, circula la idea de realizar el Desfile de Carnaval alrededor del Teatro de Verano, por la Avenida Cachón, desde el club de Golf hasta el Teatro de Verano. Se trata de un tramo breve, contenido por las canteras para evitar que haya público. Hay quienes piensan que un desfile sin público debería suspenderse sin más trámite. Otros opinan que si el problema es el público, lo que hay que delimitar es su participación, y que es posible armar un evento sencillo y rápido, teniendo en cuenta que sobre este punto hay situaciones contractuales que atender.
En cualquier caso, las conversaciones que han existido son informales y no hay sobre la mesa ninguna propuesta para analizar en lo inmediato.
Lo que sí debe resolverse es que sucede con la prueba de admisión. Si ya hay consenso de que las llamadas no podrán realizarse, sería más que disparatado hacer una prueba clasificatoria para un evento que no se va a realizar.
Mucho más ilógico sería hacer una clasificación y dejarla para el 2022, porque la misma impediría el surgimiento de nuevas agrupaciones el año próximo y lo que es más complejo aún: haría que los componentes fichados por un grupo deban permanecer en él, sin posiblida de cambio, como ocurre todos los años.
Se estima que en los próximos días varias agrupaciones de Daecpu (alrededor de la cuarta parte de las que desfilan por Isla de Flores, reclamen una definición a este respecto. - GOBIERNO ELABORA UN PLAN VERANO: UN NUEVO IMPULSO A LOS ESPACIOS PÚBLICOS
El gobierno dijo días atrás que habrá temporada estival, con todas las restricciones obvias que impone la pandemia.
El anuncio contempló una serie de medidas de carácter económico orientadas al turismo. Ya se sabe que las fronteras permanecerán cerradas y que se desalentarán los viajes al exterior, de modo que habrá un número de personas que permanecerán en las ciudades durante los meses de carnaval, que podrían ser captados a través de un nuevo tipo de propuestas. Por ejemplo, más tablados o actividades asociadas al carnaval, a modo de entretenimiento.
Pero no esta claro si, cuantitativamente, ese número de personas que no viajarán al exterior marcará la diferencia.
Lo que sí puede marcarla es la intención del Gach de dejar atrás el concepto de quedarse en casa, por los distintos niveles de afectación a la salud mental. Es decir: habrá una campaña de uso responsable y controlado de los espacios públicos, de modo que será posible realizar eventos y actividades artísticas.
El tema es cómo pensar las nuevas definiciones sobre ello: ¿más tablados, más baratos, de menos duración? ¿qué tal un carnaval en las playas? ¿qué tal un carnaval en las plazas? Es una situación desafiante, pero no imposible, si es que todos sabemos que las aglomeraciones serán imposibles como hasta ahora. - EL IMPULSO DE LOS CARNAVALEROS
El Ministerio de Salud Pública no dará en lo inmediato una respuesta sobre los aforos Y si la da, será condicionada a la evolución de la pandemia, lo que es lo mismo que no decir nada. De modo que las definiciones se trasladan inequívocamente a los carnavaleros, que comienzan a preparar una gran asamblea, tal vez la más importante de su historia, porque ahí se sentarán los lineamientos. Habrá varios puntos a resolver: el primero es el Concurso Oficial. Para ello, el escenario más pesimista es el del aforo del 30% que, en principio, lo haría inviable, a menos que los grupos asuman de una vez por todas que será un carnaval donde nadie garantizará a nadie lo que suceda al otro día. En segundo lugar, habrá que determinar la duración. Está claro que si un grupo tiene un caso de Covid entre sus componentes, deberá cuarentenarse por unos cuantos días y eso repercutirá de algún modo u otro en todo el andamiaje. Si ese grupo queda fuera por un caso de Covid, no podrá hacer tablados, deberá reprogramarse todas las veces que sea necesario, al igual que sus eventuales contactos, con todo el despliegue operativo que ello demanda. No es imposible, pero habría que comenzar a elaborar todo un protocolo de acción.
En el radar de los carnavaleros ya está impuesto el nombre de Jorge Lombardo, experto y gestor de Conmebol para el tema Covid, que viene haciendo grande eventos como la Expo Prado. Lombardo, además, como representante de 1727, es un viejo conocido de los carnavaleros y conoce como la palma de su mano a los interlocutores y los espacios sobre los que habrá que tomar definiciones.
Pero el impulso de los carnavaleros debe ir más allá de un protocolo. Una asamblea deberá sincerar definitivamente la situación y ajustar un punto de partida que suponga que nadie tendrá garantías de salir airoso. Es decir: que todos, de algún modo u otro están arriesgando. Que habrá quienes podrán transitar el evento con mayor facilidad y sobre todas las cosas, que el que pierde, en todos los aspectos, pierde.
Pero si los carnavaleros se juntan y dicen «vamos», el coronavirus se tendrá que poner muy firme para llevarles la contra. - OBJETIVAMENTE: ¿QUÉ HAY Y QUE NO HAY?
Para lanzar la temporada de carnaval no todo es incertidumbre.
Hay una inversión de la Intendencia en subsidios para las contrataciones de las agrupaciones. Es decir que hay dinero para 15 tablados, durante 16 noches, a razón de 3 grupos por jornada en cada uno de ellos. Es decir, el carnaval arranca con 750 contratos a favor. Si no hay desfiles, no es descabellado pensar que se pueda reforzar esa partida, redirigiendo recursos que no se invertirán. No está asegurado, pero es algo perfectamente negociable entre las partes, un tema que amerita un capítulo aparte.
También hay un aporte de Tenfield para la realización de 3 tablados, lo que incrementa aún más la capacidad.
Quedan definir los Rondamomo, que dependen de tres sponsor importantes. Uno de ellos, Antel, se estima que hará una fuerte reducción en su participación, de modo que el sistema se verá resentido, pero el mecanismo podrá seguir vigente, asegurando más contrataciones.
Resta definir que sucederá con el Teatro de Verano y los tablados populares. Alguno de ellos, como el Velódromo, que es inmenso, se ajusta a las defniciones de uso responsable de los espacios públicos.
Otros, como Monumental de la Costa o Rural del Prado, tendrán que ingeniarse para aumentar el aforo para que, aún con la reducción, puedan abrir sus puertas y funcionar con relativa normalidad.
Otra vez se presenta un escenario desafiante, pero no imposible. - DESIGNACIÓN DE AUTORIDADES DE LA INTENDENCIA: UN «PROBLEMA» QUE PARALIZA LOS AVANCES
El equipo de gestión que asume a finales de abril aún no designó las nuevas autoridades que trabajarán en la Gerencia de Eventos, actualmente dirigida por Gerardo Reyes. Es decir que la comuna, como co organizadora del carnaval y pieza fundamental de todo el engranaje, no puede comprometerse en nada de lo que vendrá.
Al día de hoy, no existe una agenda entre Daecpu y la comuna. Tampoco las reuniones. Todos están a la espera de que se designe el equipo que llevará adelante el 2021. Y no es un tema que tenga que ver con la evidente mala relación de Daecpu con las actuales autoridades. El propio Asqueta dijo en radio Carve que en la semana en curso (del 9 al 13) espera reunirse con las nuevas autoridades de la comuna, a los efectos de comenzar a conversar sobre lo que se viene.
La falta de designación de autoridades por parte de la comuna complica el panorama por partida doble. La comuna no puede, salvo que el equipo de Reyes sea confirmado, adoptar definiciones estructurales. No puede suspender las llamadas, pese a que hay evidencia de sobra de que el desfile no podrá realizarse, pero tampoco puede dar certezas sobre cosas mucho más sencillas: quiénes serán los jurados de la prueba de admisión, qué reglamento regirá en el 2021, si habrá o no eliminaciones de primera a segunda rueda o cuántos cupos extra se reasignarán en la prueba, si es que se reasignarán.