El espectáculo se llamará «El tobogán de la vida», con un amplio bloque de crítica de actualidad y otro cuplé sobre «Los Cincuentones». La despedida abordará decenas de postales sobre la principal avenida, un espacio central de la vida cultural, social, política y arquitectónica montevideana.
Foto: Jimena del Río Ocampo
La principal avenida montevideana será evocada en la despedida de Los Patos Cabreros, adelantó en la entrevista central de Calle Febrero su libretista, Eduardo Rigaud.
«Se trata de un lugar por el que pasaste y alguna vez fuiste feliz», dijo Eduardo, mientras revivía algunas postales de antaño.
El espectáculo de la murga de Pepino se denominará «El tobogán de la vida» y sus momentos estarán relacionados con las distintas etapas de los seres humanos. El cierre del repertorio transcurrirá con la etapas de adultez y vejez, de modo que el toque nostálgico estará propuesto desde un punto de vista que permita recopilar múltiples recuerdos.
«18 de Julio fue la diosa de la noche montevideana», definió Eduardo, contrastando esa imagen con la actualidad, donde los grandes centros comerciales se transformaron en los principales puntos de convocatoria masiva.
Añadió que en la mayor arteria montevideana se relacionaron los principales acontecimientos políticos o deportivos, en especial el fútbol y el ciclismo, pero también una sucesión de imágenes íntimas y cotidianas.
«Yo comía un helado en Papito y era feliz», dijo el libretista de Los Patos Cabreros.
Con el mismo tono evocativo, el autor de la despedida de Los Patos recordó las salidas a los cines, a comer una pizza o las anécdotas de sus padres, que visitaban la principal avenida como un paseo, a mirar vidrieras.
«Era una época donde llegar era toda una trevesía en el ómnibus», puntualizó el artista, trayendo al presente imágenes de su infancia y juventud.
Pero además de un punto de encuentro de la vida social y cultural de la ciudad, 18 de Julio supo distinguirse por sus postales singulares, reconocibles a pesar del paso del tiempo.
Es por eso que estarán presentes sus personajes típicos, conocidos o anónimos: desde Santiago Luz tocando el clarinete, Pepino y los canillitas vendiendo diarios en las principales esquinas, Fosforito paseando su cartel, los turistas hablando en inglés, los vendedores ambulantes o «los galanes de cuarta, que dijeron 800 millones de piropos por acera, paseándose de acá para allá»; adelantó Eduardo.
Los Patos Cabreros ensayan en el centro cultural Las Acacias (Bagé y Gral Flores).