La gremial de directores de carnaval avanza en una serie de transformaciones en distintos ámbitos. Los cambios que estàn sobre la mesa incluyen el reconocimiento y registro de las relaciones laborales con la totalidad de los artistas, los derechos de imagen y la regularización de tributos. Calle Febrero ofrece un informe especial sobre las distintas temáticas, como adelanto de un prorgama especial que tendrá lugar el último domingo de julio, a las 22, por Emisora del Sur, para todo el país.
Daecpu propone una negociación libre entre directores y componentes por el valor de la cesión de sus derechos de imagen, dijeron a Calle Febrero fuentes de la institución.
Ello establece que cada artista, al momento de acordar su remuneración con el director del grupo, negociará en simultáneo el valor de su trabajo, al que Daecpu denomina (la autorización para la comunicación al público de las actuaciones) más el valor de la cesión de los derechos de imágenes inherentes a tal relación laboral.
Es decir: cada componente calculará una cifra única por la sumatoria de su trabajo y su imagen y, de alcanzar un acuerdo con el director del grupo, el artista procederá a firmar un contrato, que deberá ser obligatorio en el 100% de los casos, según pretende Daecpu.
Ese contrato registrará la existencia de la relación laboral y la cesión de derechos de imagen, pero no desglosará a qué porcentaje corresponde cada parte.
Daecpu contradice de este modo la información que maneja el Sucau, que entiende que el 20% del monto del arreglo económico sea por concepto de derechos de imagen, tal como informó Calle Febrero, en base a una entrevista con las máximas autoridades del sindicato de componentes.
«Cuando un componente hace su arreglo con el director pone arriba de la mesa cuánto vale su trabajo y cuánto vale el uso de su imagen y llega a una cifra. Si hay acuerdo entre las partes, se firma y asunto terminado», explicó una alta fuente de Daecpu.
Calle Febrero tuvo acceso al borrador de un posible contrato laboral entre las partes.
El mismo contiene un extenso desarrollo sobre el alcance y los compromisos que asumen el artista y el director, pero el mismo no desglosa porcentajes, sino que maneja un monto global, que incluye la cesión de los derechos.
Sucau, en principio, tiene reparos sobre este punto, porque al no haber un laudo que establezca las remuneraciones por cada actividad en carnaval, los componentes que percibían un monto determinado no necesariamente verán incrementado su salario.
Por ese motivo, es sindicato de componentes ya trabaja en ese asunto.
Aún con el diferendo sobre la fórmula a aplicar, el Sucau ve positiva la firma de un contrato, que hasta el momento se firma sin obligatoriedad.
Tal como informó Calle Febrero, el asunto es analizado por un experto en derechos de imagen que asesoró a la Mutual, OFI y varios organismos internacionales.
El Sucau asumió el compromiso de dar una respuesta en las próximas semanas sobre dicho tema, dijo a Calle Febrero su secretaria general Myriam Bertolini.
PREVISIÓN SOCIAL E IRPF
Pero la regularización de las relaciones laborales puso arriba de la mesa otro asunto delicado: los aportes a la seguridad social y la tributación a la Dirección General Impositiva (DGI) por concepto de Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (Irpf).
«Daecpu plantea la inquietud de que a partir de los documentos que habrán de firmarse respecto de los acuerdos económicos y derechos de imagen, a su entender, habrá que encontrar mecanismos de formalización de la actividad que implica los aportes correspondientes a la seguridad social y a la tribtuación por Impuesto a la Renta de las Personas Físicas«, establece un reporte basado en la suma de puntos de vista entre las gremiales, al que accedió Calle Febrero.
Si bien no hubo avances concretos en este punto, ambas partes se comprometieron a continuar el intercambio, ante la inminencia de la firma de los contratos que deberán hacer los artistas.
La eventualidad de regularizar aportes ya estuvo arriba de la mesa en momentos de la aprobación de la reforma tributaria del 2006.
En aquella instancia, se entendió que los carnavaleros no debían realizar aportes por Irpf en función de un cálculo que dividió una remuneración promedio de un componente, entre los doce meses del año. En ese entonces, se aplicó el concepto de actividad zafral.
Vale señalar que en aquella ocasión no existían registros ni contratos las relaciones laborales, como se pretende en este nuevo esquema,