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Alejandro Salkind está dispuesto a arriesgar si hay ecuación económica coherente, aunque ve que algunas «contrataciones astronómicas» de agrupaciones harán difícil el ajuste

Alejandro Salkind es uno de los empresarios organizadores de tablados más respetados.
Su escenario, el Monumental de la Costa, desarrolló un modelo de gestión basado en la comodidad, equipamiento, atención al usuario, interconexión a través del transporte y la incorporación de tecnología, además de un conjunto de ideas generales que hacen que su tablado sea referencia para la comunidad carnavalera, al punto que la mayoría de los grupos quieren medirse ahí antes de llegar al Collazo.
En el contexto de la incertidumbre y con una agenda marcada por los protocolos y el distanciamiento, Calle Febrero lo consultó acerca de su perspectiva para el 2021, a los efectos de conocer el pulso de los escenarios privados que, según se desprende del informe anual que elabora Daecpu, realizan el 42% de los contratos a las agrupaciones cada temporada.
«Soy optimista en que va a haber carnaval y estoy dispuesto a arriesgar si hay una ecuación económica coherente, donde todos cedan un poquito», respondió Alejandro, cuando Calle Febrero le pidió un análisis de la situación actual.
Su mirada está puesta en diseñar una lógica donde los ingresos y los gastos puedan balancearse, al menos en el cálculo prospectivo que todos los empresarios realizan con papel y lápiz antes de comenzar la temporada.
Su mirada, se desprende, está asociada a imaginar dónde estarán las tarifas de las agrupaciones, que son la principal erogación de los tablados comerciales y cómo poder cubrirlas con la venta de entradas y el consumo de la gente en la plaza de comidas, que son las dos principales fuentes de ingreso en cada noche.
«Si esas dos áreas están resentidas, como todo hace suponer, habrá que ingeniarse entre todos, para que la cosa funcione», explicó.
Sin embargo, el director del tablado no ve que esa lógica esté presente, al menos hasta ahora, de acuerdo a la temperatura que ha podido tomar en algunas reuniones informativas, así como en el ritmo del período de pases de componentes, que se ha visto acelerado fuertemente durante junio.
«Habrá que hacer un esfuerzo y poner mucha inteligencia arriba de la mesa y no sé si todos los involucrados están pensando en eso hoy», sostuvo Alejandro y añadió que «si los grupos hacen contrataciones astronómicas para ganar el período de pases, después será difícil hacer el ajuste».
No obstante, cree que, aún en un contexto de riesgo, será fundamental salir a la cancha, porque después, empezar de cero, será «doblemente difícil».
«En diez años hemos fidelizado a quienes vienen al tablado y ese es un capital muy grande: generar la costumbre de venir se ganó con el trabajo de una década y no sería bueno perderla», razonó.
Pero su visión no alcanza únicamente a la realidad del Monumental de la Costa.
Es que, a su juicio, el conjunto del carnaval deberá generar estímulos que incidan en la decisión de la gente de salir de sus casas.
Sobre este punto, dijo que muchas veces existen subsidios a escenarios, que no siempre desarrollan propuestas atractivas, que luego redundan en escasa concurrencia.
«Un tablado puede tener su principal gasto (pago a las agrupaciones) resuelto, pero si la gente no va, termina siendo algo perjudicial y poco atractivo», puntualizó.