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Una radiografía de «La Fiesta de la Queja» de La Clave, en cinco preguntas a Martín Sosa

Por Facundo de León
Foto: Mauricio Rodríguez (*)

La clave cerró la séptima etapa del Concurso Oficial de Carnaval con un gran marco de público –parte del mismo llegado especialmente desde San Carlos– para observar el espectáculo denominado “La fiesta de la queja”.

Luego de finalizar la actuación Calle Febrero conversó con Martin Sosa quien ocupa un rol preponderante en el colectivo debido a su implicancia en diversos aspectos de la elaboración artística de cada espectáculo desde los textos, la puesta en escena y la escenografía.

– Históricamente, la queja y el desencanto social han sido los alicientes iniciales para propiciar el cambio y presionar a la clase política de turno a responder a ciertas demandas sociales que la población exige. Ante esto, ¿es la legislación la única forma de volver pragmática la queja?
“No sé. Creo que hay que distanciar la terminología una cosa es queja y otra diferente es hablar de protesta, me parece que quejarse tiene una significación de; hagan las cosas por mí. Yo me quejo para que me solucionen las cosas y no propongo, no hago nada. El último parlamento dice un poco lo que el colectivo piensa de la queja, que hay que actuar más y moverse para cambiar las cosas”.

 

– Los sindicatos son los espacios institucionales donde los/as trabajadores/as pueden respaldar y legitimar cada uno de sus reclamos correspondientes, de visualizar trampas y vicios de los cuales el mercado laboral está cargado. Desde hace poco tiempo atrás los/as artistas de carnaval fundaron el SUCAU (Sindicato Único de Carnavaleros del Uruguay) es sumamente interesante el lugar elegido por la murga para describir este tópico y las factibles contrapartidas que afrontarían asumir en caso de elegir agremiarse. ¿El/la carnavalero/a resiste de los requerimientos que se les pueden empezar a exigir por formar parte del sindicato?
– “Bueno, hay que verlo. Venimos de una cultura de años de carnaval donde el/la carnavalero/a tiene todos los derechos, pero no tiene obligaciones entonces hay que ver hasta donde nosotros/as queremos ir con esto y hasta donde tenemos derecho a ceder un montón de cosas para que eso suceda”.

 

–  La clave es otro conjunto que en su espectáculo analiza férreamente la postura de la población uruguaya frente a la llegada de inmigrantes al país. Indudablemente, es un tema complejo que desde hace un tiempo a esta parte se debate en todas las esferas de la sociedad. ¿A que atribuyen la sensación latente de inseguridad por parte de muchas personas sobre la llegada de inmigrantes?

– “No sé, empezó a aparecer. Creo que estaba en el aire y de repente se estableció. Somos un país de inmigrantes y nos parece que la gente que plantea: “nos vienen a robar el trabajo” estaba escondida y piensa de esta manera sobre un montón de temas. Sucede que cuando aparecen los temas lo sale a manifestar”.

 

– ¿Por qué no está instalada la discusión inversa, de que Uruguay es una plaza de recepción para personas que eligen emigrar de su país de origen por diferentes factores?
“Deberíamos reeverlo. Los datos marcan que Uruguay es un país estable, con una democracia estable y porque económicamente viene de 15 años de crecimiento sostenible. Ademas de esto, dentro de la región es un país que brinda oportunidades, como las tuvimos nosotros después del 2000”.

 

¿Las quejas fundamentan campañas políticas?
– “Se usan para eso y lamentablemente se propone poco y se agarran de denostar a otras propuestas u otros/as candidatos/as para levantar las propias. Claramente esto sucede cuando no hay propuestas firmes, ni sólidas”.

(*) Foto del artista, original en color.