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Marcelo Fernández y un repaso por las parodias memorables de Pendota: «Fue el mejor interpretando personajes»

Por Marcelo Fernández (columnista invitado)
Foto: Jimena del Río Ocampo

Poco antes de comenzar el carnaval del 2015 le hice una entrevista a Pendota y le quise dar un tono diferente.
Se me ocurrió arrancar hablando de Shakespeare. Yo me había hecho la película que Pendota debía ser un experto en el gran autor inglés después de haber parodiado tantas obras suyas (Rey Lear, La Tempestad, Otelo) e incluso habiendo escrito alguna de ellas como La Tempestad en Los Dundees del 95.
Y para ponerme a tono me puse a leer sobre Shakespeare para tratar de estar mínimamente a la altura del entrevistado.
Grande fue mi sorpresa cuando el querido Pendota me dijo que apenas conocía el argumento central de las obras y que, a partir de eso, y algún dato más que le proporcionaba el que escribía el libreto, él creaba sus personajes.
Me terminé de dar cuenta en ese momento que arriba de un escenario de carnaval, Miguel Pendota Meneses y sus personajes, eran capaces de convencerme de cualquier cosa, hasta de cosas que él ni se imaginaba.
Y eso es motivo suficiente para considerarlo el mejor actor interpretando personajes de parodia. Y el mérito se agiganta porque nunca tomó una lección de actuación: la vida lo eligió para regalarle un inmenso talento que él se encargó de explotar notablemente.
Le tocó hacer los personajes más disímiles y en todos salió bien parado.
En una selección muy arbitraria, me voy a quedar con algunos:
De los emotivos: Obdulio y Gardel con Valentinos; te arrancaban unos cuantos lagrimones. También la Madre Teresa con Momosapiens.
Para matarse de risa: cuando hizo de China Zorrilla en la parodia sobre la película Elsa y Fred en Gurrumines, sus intervenciones en Billy the Kid, el personaje de aquel monje medio detective llamado William de Bakersville en el Nombre de la Rosa, Nosferatu y Salvando al soldado Ray Ban en Momosapiens y El Exorcista en Caballeros
Pero hay dos que aparecen en todas las listas: Juan Salvador Gaviota escrita por Cándido Belando Viola en 1978 y Ghandi, escrita por Catusa Silva, en 1984, ambas con Los Gabys.
Con Juan Salvador Gaviota, Los Gabys lograron contrabandear el tema de la libertad y burlaron la durísima censura que por aquellos años no tenía el menor prurito en prohibir libretos enteros que apenas insinuaran algún tipo de inconformismo.
Por su parte, la parodia sobre Gandhi, estaba basada en la película biográfica del líder independentista indio, protagonizada por Ben Kingsley y ganadora del Oscar a mejor película en el 82. Allí se trazaba un paralelismo entre la independencia de la India y la libertad que poco a poco iban reconquistando los uruguayos.
Y en las dos Pendota era el protagonista decisivo.
La primera vez que su salud le llamó la atención fue en el 91, y como no podía ser de otra manera, fue en pleno Carnaval cuando saliendo con Los Gabys fuera de concurso, le dio un infarto arriba del tablado haciendo El Fantasma de Canterville.
Fue figura máxima en el 81, 83, 84, 92 y 96. Y podría haberlo sido en más oportunidades sino existiera la ridícula costumbre de no darle más menciones a aquellos artistas carnavaleros que obtengan la Figura de Oro.
Por suerte para todos nosotros, Pendota decidió postergar su retiro de las tablas en varias oportunidades y nos permitió disfrutar de su talento hasta hace muy poco. Hasta en eso era diferente, porque los artistas de Carnaval en general se jubilan a edades muy tempranas cuando en cualquier profesión podrían trabajar 20 años más.
Se fue un grande de verdad reconocido por todo el pueblo carnavalero, un maestro con todas las letras que deja un sinfín de huellas imborrables de su indiscutido talento.