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Una prueba de admisión fantasmal, que espera nueva fecha y una señal sobre lo que pasará en febrero

La prueba de admisión, cuyo comienzo está fijado para el 5 de diciembre, es una ilusión en la que pocos creen.
No está oficialmente cancelada ni postergada, pero no tiene jurados, inscripciones, reglamento, presentación de repertorios, registro de componentes, protocolo, ni fecha para que los grupos ya clasificados para el 2021 digan finalmente si estarán o no, a los efectos de saber cuántos grupos y cupos habrá por categoría.
Es imposible creer que eso se resuelve en una semana.
Más imposible aún es pensar que eso sucederá con una administración que asume seis días hábiles antes del presunto comienzo y mucho más difícil aún si, como supo Calle Febrero, la transición de autoridades en la Gerencia de Eventos de la Intendencia y el intercambio de información entre los nuevos equipos no había comenzado, al menos hasta el jueves pasado.
Como si fuera poco, las resoluciones, a nivel de la administración, se ejecutan a través de actos administrativos que llevan un proceso de discusión política y luego pasan a estudio de las oficinas jurídicas, para que los jerarcas las firmen y tengan validez.
Existe un gran contrasentido: la Intendencia anunció el 23 de octubre que la prueba comenzaba el 5.
En base a ese último anuncio oficial, Daecpu publicó un fixture con días y horarios de actuación de grupos, pero nada de eso parece tener correlato con lo que sucederá en diez días.
Pese a la falta de comunicación por parte de la Intendencia, hay un aspecto que corre con cierta lógica: para hacer una prueba de admisión es necesario resolver antes el tema de fondo -saber qué pasará en febrero- para lo cual aún resta mucho tiempo.
La administración entrante difícilmente confirme una prueba de admisión sin saber si habrá concurso.
¿Qué sentido tendría tener grupos clasificados a un carnaval cuyo desenlace es impredecible?.
O peor aún: sería un verdadero caos generar una clasificación y tener que aplicarla un año más tarde, con el inconveniente que generaría para la aparición de nuevos conjuntos y para el fichaje de componentes que, eventualmente, quieran cambiar de agrupación y no puedan hacerlo por haber participado de una clasificatoria cuyos resultados van directo a la papelera de reciclaje.
Cosse asumió personalmente las gestiones ante el Grupo Asesor Cientifico Honorario que asesora a la Presidencia de la República.
Es cierto que crecen los casos de Covid y que la situación sanitaria está con luces amarillas, aunque controlada.
Nadie puede asegurar hoy qué tipo de carnaval tendremos. Lo que sí se sabe es que la resolución que se tome llevará la firma de los máximos representantes del gobierno, la comuna y el grupo científico.

Lo que sabemos:
1) Que la prueba tiene fixture.
2) Que no hay jurados, reglamentos, fechas, previsión de presentación de repertorios y que eso es imposible articularlo en una semana.
3) Que la Intendencia antes de avalar una prueba, quiere saber qué sucederá con el carnaval como evento multidudinario en el contexto de la pandemia.
4) Que la intendente electa, Carolina Cosse, aborda el tema personalmente con las autoridades nacionales.
5) Que si bien los espectáculos públicos tienen un 30% de aforo permitido, el carnaval, por su dimensión, duración, extensión de horas diarias y movilidad interna, entre otros factores, requeriá un examen particular del GACH.
6) Que la intendenta Cosse ya envió un documento al GACH sobre este tema y otros relacionados con el turismo y otras actividades recreativas.